Una estrella de acompañara
Les comparto algunos fragmentos de algunos cuentos que están por salir.Agradezco observaciones para mejorar.
Jimmy
se encontraba jugando en el parque con sus amigos. Las risas de los chicos se
escuchaban por todas partes, algunos jugaban al corre que te alcanzo mientras
que otros intentaban terminar el trayecto del pasamanos. «Haciendo memoria
nunca logré pasarlo por completo». Al mismo tiempo, otros se convierten en
exploradores al buscar animalitos en las hojas, arbustos y en la tierra del
lugar.
Un
hombre joven se levantó de la butaca y gritó:
—
Jimmy es hora de irnos.
El
chico escuchó la voz de su padre y corrió a su encuentro. Una gran sonrisa se
dibujó en su cara porque sabía que ese día le tocaba ir a visitar a su mamá en
el hospital. Su papá le había contado que su mamita estaba enferma, por eso
tenía que estar un par de semanas al hospital. Lo que no sabía su padre, es que
Jimmy tenía una libreta en su cajonera donde anotaba los días que llevaba fuera
de casa.
Hace
tan solo unos días se dio cuenta como por las mejillas de su progenitor corrían
lágrimas. Se acercó y con sus manos pequeñitas se las limpió, pero él solo
levantó su rostro y le regaló una sonrisa a su querido hijo. Abrió los brazos y
los dos se unieron en un gran abrazo.
Jimmy
se percató que papá lo abrazaba fuertemente y no paraba de llorar. Al
tranquilizarse le dijo que se sentara en sus piernas porque le quería contar un
cuento.
— Una
estrella te acompaña. Cuando era pequeñito alguien me contó que a veces
nuestros seres queridos se tienen que marchar a otro lugar.
— No,
ellos no se van de viaje —Su papá prosiguió—. Ellos se van al cielo, allá
arriba donde todo es azul y brillante. Nuestros seres queridos se convierten en
estrellas titilantes que nos cuidan todo el tiempo. En las noches las
observamos desde nuestra ventana. Su destello es hermoso.
—
¿Papá, mamá se ha convertido en una estrella? — dijo el niño con los ojos
lagrimosos.
—Sí,
mamá se ha convertido en una. En la más hermosa y brillante.
Jimmy
no pudo controlar sus lágrimas, pero su papá lo abrazó fuertemente mientras le
susurra al oído:
— No
tengas miedo, siempre estaré contigo.
Jimmy abrazó del cuello fuertemente a su
padre.
Le
levantó el mentón. Puso una mano en el pecho de su querido hijo. Le explicó que
su mamá siempre estará cuidándote desde el cielo.
—
Aunque no puedas verla en las mañanas, siempre te cuidará en cualquier momento.
Cuando necesites de ella, cierra los ojos y recuerda los bellos momentos que
vivimos juntos. Mientras recordemos esos hermosos acontecimientos nunca
estaremos separados.